El conflicto israelí-palestino de octubre de 2023 comenzó el 7 de octubre de 2023, mientras los israelíes festejaban la fiesta de Sucot, cuando grupos armados de fundamentalistas islámicos palestinos, principalmente de Hamás y la Yihad Islámica Palestina, junto con otras agrupaciones como La Guarida de los Leones, lanzaron un gran ataque contra Israel desde la Franja de Gaza con una andanada de cohetes y vehículos transportados. La acción no era esperada por Israel y logró una completa sorpresa. Las fuerzas palestinas contaron con el apoyo de Irán.
Se dispararon al menos 2200 cohetes desde Gaza que mataron a cientos de civiles israelíes. Los yihadistas capturaron un gran número de rehenes, tras sucesivas razias en el sur de Israel, incluyendo mujeres, ancianosy niños, lo que llevó al Gobierno de Israel a declarar el estado de guerra por primera vez desde 1973. Los ataques con cohetes fueron acompañados por infiltraciones militantes en kibutz que rodean Gaza y la ciudad israelí de Sderot, y los medios palestinos e israelíes informaron que soldados y civiles israelíes habían sido tomados como rehenes. Según Human Rights Watch el ataque deliberado contra civiles, los ataques indiscriminados y la toma de civiles como rehenes perpetrados por Hamás constituyen crímenes de guerra según el derecho internacional humanitario. Además añadió que «El corte de electricidad en Gaza por parte de las autoridades israelíes y otras medidas punitivas contra la población civil de Gaza equivaldrían a un castigo colectivo ilegal, que es un crimen de guerra».
Como resultado del ataque sorpresa de militantes yihadistas en comunidades cercanas a la Franja de Gaza y de las bases de las FDI fueron asesinadas centenares de personas, mientras otras tantas fueron tomadas cautivas. En el kibutz Beeri, alrededor de 50 residentes fueron tomados como rehenes y retenidos por islamistas en el comedor de la comunidad. Al menos 1000 personas entre hombres, mujeres y niños fueron asesinados el primer día del ataque, incluidos unos 85 ciudadanos de países como Tailandia, Nepal, Argentina, Francia, Estados Unidos, Perú, Brasil, Canadá, Ucrania, España, entr otros, y unas 1500 resultaron heridas. Unos 50 milicianos provenientes de Gaza con uniforme militar masacraron a unos 260 jóvenes de entre 20 y 30 años que participaban del festival de música Supernova en celebración del fin del Sucot cerca del kibutz Re'im. Informes preliminares de las autopsias de 40 niños en uno de los kibutz atacados, según el portavoz del FDI, confirman que algunos, incluidos bebés fueron decapitados por los palestinos.
Los bombardeos que Israel ha lanzado en respuesta desde ese día sobre la Franja de Gaza han provocado la muerte de 1.354 personas, entre las que se encuentran por lo menos 260 niños y 230 mujeres, y un total de 6.094 heridos, incluyendo población civil, siendo mujeres y niños la mayoría de las víctimas de los ataques israelíes. Algunas de las acciones militares de Israel en territorio palestino como respuesta al ataque de Hamás han sido blanco de críticas de parte de la comunidad internacional porque podrían constituir violaciones al derecho internacional humanitario calificables como crimenes de guerra, entre las que se encuentran el empleo por parte de Israel de fósforo blanco, armamento prohibido por la Convención de Armas Convencionales (1980) y la Convención sobre Armas Químicas (1997), que suprimen el uso de bombas incendiarias en zonas densamente pobladas, y el asesinato de miembros del personal civil de organismos internacionales que cumplían funciones humanitarias. A su vez, las acciones militares de Israel han conllevado al desplazamiento forzado de más de 338 000 residentes de Gaza, la mayor cantidad en la zona desde 1967.
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