La música clásica está llena de mitos y supersticiones, y uno de los más famosos es la "Maldición de la Novena Sinfonía". Según esta creencia, todo compositor que se atreve a escribir su novena sinfonía está condenado a morir. Aunque esto puede sonar absurdo, existen varios ejemplos notables que alimentan esta superstición.
El origen de esta maldición se remonta a Ludwig van Beethoven, quien falleció en 1827 después de componer su Novena Sinfonía, también conocida como la "Sinfonía Coral". Beethoven sigue siendo la encarnación más famosa de esta creencia, pero está lejos de ser el único compositor tocado por esta extraña coincidencia.
Entre los compositores más citados como víctimas de esta maldición se encuentran Franz Schubert, Antonín Dvořák, Anton Bruckner y Gustav Mahler. Franz Schubert, autor de un extenso repertorio musical, no pudo completar su Décima Sinfonía y falleció prematuramente. Antonín Dvořák perdió su Sinfonía No. 1, también conocida como "Las Campanas de Zlonice", y tuvo que reiniciar su ciclo sinfónico. Anton Bruckner, cuya Novena Sinfonía quedó inconclusa, también fue víctima de esta curiosa coincidencia.
Sin embargo, el ejemplo más famoso y conmovedor de la "Maldición de la Novena Sinfonía" es Gustav Mahler. Después de componer su monumental Octava Sinfonía, Mahler temía abordar la Novena. Para burlar al destino, escribió "Das Lied von der Erde" ("La Canción de la Tierra"), subtitulada como una "sinfonía para contralto, tenor y gran orquesta". Mahler consideraba esto como una forma de eludir la maldición. Sin embargo, finalmente compuso su Novena Sinfonía en Re mayor, que él consideraba su Décima, afirmando haber escapado al destino. Trágicamente, esta sinfonía fue la última que completó, ya que falleció durante la composición de su Décima Sinfonía en Fa sostenido mayor.
Heitor Villa-Lobos y Dmitri Shostakovich son dos compositores que rompieron esta supuesta maldición al componer sus Décimas Sinfonías. En 1952, Villa-Lobos fue el primero en hacerlo, seguido de cerca por Shostakovich en 1953. Estos ejemplos desafiaron la validez de la superstición y demostraron que la creatividad musical no puede estar sujeta a creencias irracionales.
En un ensayo sobre Mahler, Arnold Schoenberg expresó la idea de que la Novena Sinfonía podría ser un límite para los compositores, como si la Décima contuviera algo que la humanidad aún no estaba lista para conocer. Esta noción agrega una dimensión filosófica a la superstición, sugiriendo que la creatividad artística a veces puede enfrentarse a fuerzas misteriosas.
La "Maldición de la Novena Sinfonía" también ha inspirado obras artísticas, como la película de 1918 de Abel Gance titulada "La Décima Sinfonía", que se inspira en gran medida en este mito.
Sources
Misterio - 7 octobre 2023 - Scipius - - Voir l'historique